Es sabido que el día 8 de marzo es el día internacional de la mujer, en la historiografía española la conmemoración del 8 de marzo se vincula, al incendio ocurrido el citado día del año 1908 en una fábrica textil de Nueva York, provocado por el propio empresario ante las obreras declaradas en huelga y encerradas en el inmueble.

Aunque hay varias versiones sobre el origen del 8 de Marzo, esta fuente es la más conocida.

Independientemente de los orígenes, la Federación Empresarial de Mujeres para la Economía Social, FEMPES, que está integrada por las siguientes entidades: Amecoop, Amesal y Ceres, se reúne hoy para conmemorar y celebrar este día, aprovechando esta ocasión para recordar que a pesar de los logros y avances que las mujeres hemos conseguido en materia política, legal, jurídica, económica y social, aún seguimos sufriendo la discriminación que inflige el sistema patriarcal.

La violencia machista la encontramos cada día, con el incesante número de mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas.

Igualmente en el ámbito laboral encontramos la discriminación hacia las mujeres, siendo estas quienes tienen los contratos más precarios.

Las mujeres hacemos los mismos trabajos que nuestros compañeros pero a nosotras nos pagan menos, esta discriminación la encontramos a través del uso de las distintas categorías profesionales para los mismos trabajos; Por ejemplo, decimos limpiadora y peón de limpieza, aunque hagamos lo mismo, una diferenciación que implica complementos y pluses salariales diferentes. Ganando los peones de limpieza más que las limpiadoras.

Por ello, estamos reivindicando los trabajos de igual valor, queremos que hombres y mujeres cobremos lo mismo por los mismos trabajos y que aparezcan categorías salariales neutras en los convenios colectivos. Y que se trabaje para erradicar la brecha salarial entre los géneros.

De igual manera, aún son las mujeres las que asumen las responsabilidades domésticas, pues siguen siendo ellas quienes dedican más horas al hogar, las que llevan los niños y niñas al colegio, al médico, quienes se encargan de las personas dependientes, etc.

Una carga que hace que no estemos en igualdad de condiciones para poder trabajar y hacer carrera profesional, pues estas cargas nos restan tiempo para poder hacer cursos de formación continúa y asumir cargos de responsabilidad que implican mayor dedicación.

Siguen siendo las mujeres las que piden las reducciones de jornada, y las excedencias, en aras de poder atender a sus hijos e hijas y familiares dependientes. Por ello estamos trabajando para que nuestros compañeros también asuman estas responsabilidades pues lo doméstico es responsabilidad de todos y todas. Y para trabajar en igualdad de oportunidades necesitamos también compartir las responsabilidades domésticas.

Más si cabe, si tenemos presente que el mundo laboral y la organización del trabajo sigue siendo patriarcal. Ello lo vemos en los horarios laborales aún descoordinados con los horarios escolares, así como también lo vemos en la falta de permisos laborales para llevar a los hijos-as al médico, o para asistirlos en momentos puntuales como por un sarampión.

Por eso es importante que las mujeres estemos en la mesas de negociación colectiva, así como en los espacios de producción y mercado. Pues nosotras trabajamos de forma diferente, nosotras dedicamos menos tiempo a las comidas de trabajo, intentamos organizar nuestra jornada dentro de los horarios laborales y realizar todo el trabajo en una jornada continua. Además debido a la socialización que hemos recibido, a través de la ética del cuidado, también trabajamos con unos valores distintos, más solidarios y menos competitivos.

Por todo esto necesitamos avanzar creando producción y sobre todo ocupando los espacios de poder y de toma de decisiones, para que no decidan por nosotras en temas tan importantes que afectan a nuestra vida personal.

En esta línea, nuestra Federación, está trabajando para representar a las mujeres empresarias y a todas las mujeres en todos aquellos espacios y foros donde se toman decisiones en materia económica, así como en aquellos foros políticos de consulta y decisión.

Igualmente, trabajamos para fomentar la cultura emprendedora hacia el autoempleo en las diferentes fórmulas de economía social.

En definitiva queremos estar, y alzar nuestra voz y manifestar nuestros intereses en aquellos espacios donde se “cuecen” las decisiones importantes.

Unos espacios que deben servir de espacios de fortalecimiento, de liderazgo, de liberación y de aliento de la cultura emprendedora entre las mujeres, y que nos ayuden a quitarnos los techos de cristal de nuestras cabezas. Pues el empoderamiento de las mujeres sigue siendo un elemento indispensable para poder salir de la invisibilización y subordinación a la que nos vemos sometidas las mujeres en los distintos ámbitos laborales y empresariales.

En este sentido desde FEMPES queremos señalar una problemática actual que afecta al sector agrario y que se refiere a cómo en algunas Comunidades Autónomas, como la andaluza, no se han creado aún los respectivos registros de Titularidad Compartida de las explotaciones agrarias, paso previo imprescindible para que las mujeres que trabajan, y quieran ser titulares junto con sus parejas de una explotación, tengan los mismos derechos a efectos de apoyo público, pago único, derechos de reproducción, primas, cuotas u otras medidas.

Se cumple un año de la publicación en el BOE del Real Decreto y siguen sin crearse los registros. De esta forma el trabajo que realizan las mujeres sigue siendo invisible a todos los efectos, invisible como también es el de las empleadas del hogar por ejemplo, esto solo son ejemplos de parte de la realidad laboral de las mujeres.

Fdo: Teresa Páez. Presidenta FEMPES.

Entidades que integran FEMPES: AMECOOP ANDALUCIA, AMESAL ANDALUCIA y CERES ANDALUCIA