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| España seguirá siendo receptor neto hasta el año 2014 |
| El Presupuesto de la UE para 2007-2013, cerrado en la madrugada del sábado, incluye una severa contención del gasto como exigían los países más ricos. A pesar de esa limitación, la delegación española dio por cumplido su objetivo de que España llegue a 20 |
| La UE vuelve a ponerse en marcha con unos acuerdos que son muy positivos para los intereses de España, aseguró el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como resumen del resultado de 48 horas de intensas negociaciones. El acuerdo final sobre los Presupuestos comunitarios para 2007-2013 confirmó la prolongación del Fondo de Cohesión durante los próximos siete años (tres más que los ofrecidos en la propuesta vetada por España el pasado mes de junio), con un presupuesto total de 3.250 millones de euros. Pero el texto incluía además la sorpresa de un fondo de 2.000 millones de euros para proyectos de investigación y desarrollo en España, una partida que, según fuentes diplomáticas, Zapatero había estado negociando discretamente con Blair. La reducción del cheque británico supondrá además para España un ahorro de casi 450 millones de euros. España, en cambio, no consiguió las compensaciones que buscaba para algunas regiones (como Murcia o Asturias), por lo que Zapatero anunció que les dará prioridad en el acceso al Fondo de Cohesión. El mismo trato recibirán Castilla y León y la Comunidad Valenciana, cuya recepción de fondos se verá afectada por el efecto estadístico provocado por la ampliación. En total, según el Gobierno, España recibirá durante los próximos siete años 27.300 millones de euros en fondos estructurales y 44.129 millones en ayudas agrícolas. Esas cifras permiten a España, según Zapatero, seguir siendo beneficiaria neta al menos hasta 2014. El presidente del Gobierno aseguró, incluso, que el saldo favorable a España durante los próximos siete años ascenderá a 16.000 millones de euros. El dato contrasta con la afirmación de Blair de que España perderá 40.000 millones, lo que dejaría el saldo español en sólo 8.000 millones. La diferencia puede proceder del arrastre hacia el próximo período presupuestario de los pagos comprometidos entre 2000 y 2006, y de ahí saldría la hipótesis tan optimista de Zapatero. La Comisión Europea presentó sus primeras propuestas presupuestarias con ese efecto contable. Se trata, en cualquier caso, de estimaciones provisionales. Zapatero aseguró, en todo caso, que la cifra obtenida es mejor que todas las recogidas en anteriores propuestas. La negociación arrancó en febrero de 2004 con una propuesta de la Comisión que dejaba a España con un saldo de sólo 5.000 millones de euros para todo el período. Además de la pérdida de fondos estructurales como consecuencia de la ampliación, Bruselas ni siquiera contemplaba entonces la posibilidad de que España siguiese recibiendo el Fondo de Cohesión porque no había base jurídica para ello. La situación se complicaba aún más por la llamada carta de los seis (Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Suecia y Austria), en la que los principales contribuyentes exigieron en diciembre de 2003 que el techo de gasto de la UE se limitase al 1% del PIB comunitario. Esa situación hubiera convertido a España en contribuyente neto desde los primeros años del próximo período presupuestario, calculan fuentes oficiales españolas. El saldo comenzó a mejorar cuando Luxemburgo, que presidió la UE durante el primer semestre de este año, ofreció a España una prolongación por cuatro años del Fondo de Cohesión. Zapatero rechazó esa oferta en la cumbre de junio. Ahora, ha obtenido siete años de prolongación del Fondo de cohesión y un fondo especial para I+D. El presidente del Parlamento Europeo, José Borrell, advirtió de que las posiciones del Consejo y de la Eurocámara están aún demasiado lejos, mientras que el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, dijo que es una importante señal para Europa. Un acuerdo recibido con importantes divergencias Mientras el PSOE ha destacado el éxito para España del acuerdo logrado en Bruselas y se felicita por el resultado, el PP lo ve como un fracaso clamoroso. Para Mariano Rajoy, presidente del PP, el acuerdo es tremendamente injusto para España porque la convierte en la gran pagana de la ampliación. IU ha criticado los escasos medios del Presupuesto, aunque su coordinador, Gaspar Llamazares, dijo que para los intereses de España se han salvado los muebles. El popular Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, aseguró que pedirá explicaciones a Zapatero por la perdida de fondos europeos y porque ha sido una negociación desastrosa y calamitosa. Por el contrario, el presidente del Principado de Asturias, el socialista Vicente Alvarez Areces, destacó el compromiso del presidente del Gobierno, para compensar tanto a Asturias y Murcia como a Castilla y León y a la Comunidad Valenciana -todas afectadas negativamente por el efecto estadístico de la ampliación- en la distribución de los Fondos de Cohesión. No sólo en España se ha recibido con divergencias el nuevo Presupuesto. Según el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, no es todo lo que queríamos, pero es una importante señal política para Europa. El presidente de la Eurocámara, José Borrell, subrayó en cambio que el acuerdo en el Consejo no cierra el proceso y advirtió de que las posiciones de ambas instituciones están todavía demasiado lejos. El Parlamento no tiene potestad para negociar el Presupuesto, pero puede bloquearlo en su conjunto. |
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