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| Luces y sombras de la Reforma Laboral |
| La Reforma es un paso para acabar con la cultura de la temporalidad |
Modesta pero satisfactoria, así coinciden empresarios, sindicatos y expertos en definir la nueva reforma laboral que entró en vigor el pasado 15 de junio. Todas las partes encuentran carencias en el documento, pero están de acuerdo en que los catorce meses que ha costado negociarlo han alumbrado un fruto jugoso para el mercado laboral: un giro de la cultura de la temporalidad a una apuesta por la estabilidad en el empleo. Andalucía, con una tasa de temporalidad del 45 por ciento, doce puntos por encima de la ya alarmante media nacional, tendrá que aprovechar al máximo las medidas que brinda esta reforma para ponerse al día.
"La reforma es un paso para acabar con la cultura de la temporalidad, pero todavía exige muchos pasos más", aseveró el asesor de relaciones laborales de la CEOE, Luis Fabián Márquez, durante una jornada que analizó en Sevilla los Avances y asignaturas pendientes del acuerdo para la mejora del crecimiento y del empleo desde el punto de vista empresarial, sindical y legal, organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Adecco, con la colaboración de la CEA y Diario de Sevilla.
La reforma deja aún grandes asuntos pendientes. Para los empresarios, falta una mayor flexibilidad y una reducción del enorme salto entre el coste del empleo temporal y el fijo. Para los sindicatos, problemas no resueltos como la rotación de varios trabajadores en el mismo puesto de trabajo o la subcontratación en cadena. Y para los expertos, la pervivencia de un modelo de excesiva dualización entre segmentos de ocupados hiperprotegidos frente a otros muy precarios o la necesidad de superar un modelo económico especializado en sectores de baja productividad y poca cualificación.
Sin embargo, todos alaban las virtudes de la primera reforma laboral no impuesta en más de una década, tras las de 1994 y 2001, decretadas cada una por un Gobierno de signo político distinto. También coinciden en que el hecho de ser pactada favorecerá una mayor implicación de todas las partes. La propia Administración tendrá que ser ejemplo en la batalla contra la temporalidad, ya que presenta uno de los índices más elevados.
Fabián Márquez está convencido de que el plan de choque de los próximos seis meses tendrá consecuencias inmediatas en una conversión casi masiva de contratos temporales en indefinidos y advirtió que España no puede competir con Europa del Este en salarios baratos por lo que es necesario desarrollar un modelo productivo distinto, que se base en la contratación estable. En el problema de los supuestos fraudulentos en la subcontratación, Fabián Márquez dio un toque de atención a las empresas principales que renuevan anualmente los contratos a las subcontratistas, lo que supone "una espada de Damocles que les impide arriesgarse a realizar contratos estables".
Por su parte, la secretaria de Acción Sindical de UGT-A, Carmen García Jurado, destacó el que se bonifique el contrato indefinido "en arranque" en lugar de por conversión de uno temporal, ya que esto favorecía la temporalidad, y aseguró que queda un duro trabajo para que se apliquen las medidas, como las que pretenden evitar la cesión ilegal de trabajadores. García Jurado coincidió con su homólogo en CCOO, José María Rodríguez, en que es necesario modificar el modelo de negociación colectiva. "No se pueden negociar convenios para diez personas, hay que buscar acuerdos sectoriales, de lo contrario se está fomentando la competencia desleal entre las empresas", dijo Rodríguez.
Alfonso Martínez Escribano, socio de Garrigues, subrayó que la mejora de productividad y competitividad pasa por la estabilidad en el empleo que propugna la reforma laboral. No obstante, señaló que no aborda el problema del coste del despido, no plantea grandes reformas pendientes como la Ley de Huelga o de la negociación colectiva, no resuelve la necesidad de mayor flexibilidad en todos los ámbitos y sólo mejora la competitividad empresarial desde el punto de vista del coste de las cotizaciones con bonificaciones, preferentemente, sobre la mano de obra menos cualificada.
Jesús Cruz Villalón, catedrático de Derecho del Trabajo, señaló la necesidad de que las empresas busquen mecanismos alternativos de flexibilidad, en condiciones de trabajo, movilidad interna y gestión a medio y largo plazo de la configuración de su plantilla.
Fuente: Diario de Sevilla / B. Colado |
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