Los mandatarios del G20, más España y Holanda, se han comprometido a llevar a cabo una reforma de los mercados financieros que descanse sobre una mayor transparencia y regulación, y a reunirse de nuevo antes del 30 de abril.
En la declaración final, que tiene diez páginas, adoptada tras la cumbre en Washington, los líderes del G20 acordaron trabajar juntos para restaurar el crecimiento mundial y conseguir las reformas que necesita el sistema financiero, algo que debe estar delineado antes del 31 de marzo. En referencia al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, los mandatarios propusieron su reforma para adaptarlos a los desafíos de los tiempos actuales. Los jefes de Estado y de Gobierno prometieron dar un mayor peso en estos organismos a las naciones en desarrollo, incluidas las más pobres.
La declaración final reconoce los "serios desafíos" a los que se enfrentan la economía mundial y los mercados financieros, y destaca la decisión de los líderes de "trabajar juntos" para restaurar el crecimiento económico. El único camino para ello, indican, es la reforma de los sistemas financieros, aspecto en el que existen discrepancias a un lado y otro del Atlántico, aunque el comunicado refleja sólo los puntos de consenso sobre los que debe descansar la reforma. La declaración final indica que es muy necesario fortalecer la regulación, pero aclara que esto "debe ser la responsabilidad última" de cada país, pues constituyen "la primera línea de defensa contra la inestabilidad de los mercados".
El G20 insta a "intensificar la cooperación internacional entre los reguladores y a fortalecer los estándares internacionales". Toda reforma adoptada por un país debe descansar sobre cinco principios, entre ellos mejorar la transparencia de los mercados, especialmente en lo que se refiere a los productos financieros más sofisticados, según el documento. Además, debe intensificarse la vigilancia, y destaca sobre todo a las agencias de calificación de riesgo, que fallaron en la última crisis.
Otro de los puntos acordados es promover la integridad ética de los mercados financieros y proteger a los consumidores, evitando los conflictos de intereses y previniendo la manipulación ilegal, las actividades fraudulentas y los abusos. Cada país, según el acuerdo, deberá, además, poner su grano de arena para reforzar la cooperación internacional en materia de regulación y de vigilancia.
En la declaración final, los mandatarios alzan la voz en contra del proteccionismo comercial, e instan a una conclusión de la Ronda de Doha, de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Además, piden que no se levanten barreras comerciales en los próximos doce meses.
En este sentido, el presidente de EE.UU., George W. Bush, afirmó que se han logrado avances en la cumbre del G-20 para solucionar la crisis financiera, pero superarla requerirá aún un tiempo. En una declaración tras la cual no admitió preguntas, Bush dijo que la crisis económica y financiera actual podría haberse convertido en algo peor que la Gran Depresión de 1929 sin las medidas ya adoptadas en Estados Unidos. Aunque no las enumeró en detalle, Bush hacía alusión al plan de rescate financiero valorado en unos 700.000 millones de dólares y aprobado en su país en octubre. El presidente estadounidense agregó que la cumbre de las principales economías del mundo y de países emergentes ha representado "un éxito" y que los líderes mundiales se han comprometido a modernizar la regulación del sistema.
Los gobernantes también se han mostrado de acuerdo en la necesidad de reformar las instituciones financieras, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y de mejorar la integridad de los mercados financieros, según el presidente de EE.UU. "Vamos a revisar de nuevo las normas sobre la regulación del mercado y el fraude", sostuvo Bush.
Zapatero reclama medidas fiscales y más control de los mercados Durante las cuatro horas que duró la cumbre en Washington, Zapatero tuvo la posibilidad de intervenir. El presidente del Gobierno propuso la coordinación global de políticas fiscales para reactivar la economía y una nueva regulación de los sistemas financieros, con mayor control y transparencia.
Zapatero intervino en la primera sesión plenaria de la cumbre del G-20 que analiza la reforma del sistema financiero internacional en el National Building Museum de Washington, donde abogó por una "nueva cultura corporativa" en las empresas para evitar "salarios astronómicos" y beneficios injustificados.
Según informaron fuentes del Ejecutivo español, Zapatero recordó la responsabilidad de los Gobiernos para reactivar la economía y poner orden en los mercados, pero "sin sustituirlos". Es necesario intervenir, pero nunca coartar la libertad económica, subrayó durante la reunión, celebrada a puerta cerrada.
Zapatero participó en ese foro bajo la bandera de la UE y no con la española, una "deferencia" al viceministro de Finanzas de la República Checa, que se integró en la delegación de España, según argumentaron fuentes oficiales. Por el mismo motivo, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que incluyó en su delegación a Holanda, también participó en la reunión bajo la bandera europea, en lugar de la de su país.
España, insistieron las fuentes, ha acudido a la cumbre en las mismas condiciones que Francia, el Reino Unido, Italia y Alemania -los países europeos miembros del G-20-, y con la intención de participar en las siguientes etapas del proceso de reforma financiera. El ministro de Exteriores de Brasil, Celso Amorim, cuyo país preside el G-20, respaldó la participación de España en la próxima cumbre. Amorim mencionó la posibilidad de que España se integre formalmente en el G-20, que podría denominarse G-22 con la inclusión de otros dos países en desarrollo.
La primera intervención de Zapatero en la cumbre duró poco más de diez minutos y estuvo centrada en la crisis de la "economía real" y en la necesaria regulación de los mercados, pero el presidente del Gobierno español instó a los líderes del G-20 a no olvidar su compromiso "con otra crisis mayor, más grave e intolerable que es la de la desigualdad y la pobreza" en el mundo. "No podemos escatimar ninguna energía en la lucha por cumplir con los objetivos del milenio", manifestó.
Fuente: La Vanguardia
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